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¿Qué leer…?

  • Foto del escritor: Redacción.-
    Redacción.-
  • 19 abr 2018
  • 2 Min. de lectura

EnfoqueSanFelipe.com

Termino de leer Después del terremoto de Haruki Murakami y me quedo pensando en la posibilidad de que le concedan el premio Nobel al que está propuesto desde hace rato. La obra del japonés es vasta y está cargada de visiones fantasmagóricas que a ratos parecen ingenuas (seguramente por formación cultural) pero que no dejan de inquietarnos.

La primera novela de Murakami que leí fue Kafka en la orilla, quizá por lo llamativo del título o por tratarse de un autor para mí desconocido y bien recomendado en la contraportada; y luego Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, para después, y ya no recuerdo el orden, leer Tokio blues (Norwegian Wood), Sputnik, mi amor, After Dark, A la caza del carnero salvaje, El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, Escucha la canción del viento, Al sur de la frontera, al oeste del sol, y el libro de relatos Sauce ciego, mujer dormida, y, cuando leí 1Q84, que es un homenaje al 1984 de Orwell (creo escrito en 1934), pensé que algún día le iban a conceder el premio. Y claro, que se lo den no está mal, porque mal es que no se lo hayan dado a Kundera o puntualmente a Borges, Arreola, a Rulfo, a Sabato las muchas veces correspondientes, entre otras y otros.

Después del terremoto, no es, como presupone el título, un recuento de los daños del cataclismo que sacudió a la ciudad de Kobe en 1995, pero sí el pretexto que anima cada uno de los seis relatos que componen el libro, y como bien se describen con brevedad en la contraportada: Un comerciante de equipos de sonido al que su mujer abandona ásperamente tras el terremoto, una adolescente escapada de su casa, un chofer que trata de atenuar la enigmática melancolía que consume a una mujer, un joven huérfano cuya existencia da un giro al descubrir una parte de su pasado, un modesto empleado de banco a quien una rana gigantesca le solicita ayuda para salvar a Tokyo de un segundo seísmo, y un escritor con contrariedades para «escribir» su vida son los protagonistas de los 6 cuentos que componen el volumen… Que seguro serán una experiencia vital.

En la librería que oferta Baila, baila, Baila de Murakami frente a la casa de mi padrino y tío don Víctor Aguirre Rosillo en la calle Hidalgo también se venden muchos buenos y diferentes libros que convendría comprar a cualquiera que busque asomarse por las ventanas de la curiosidad.

Y de pilón el japonés comparte dos vivencias para explicarnos cómo es en vez de escritor y corredor con los libros De qué hablo cuando hablo de correr y De qué hablo cuando hablo de escribir.

Ya dirán.

P.D. Es curioso no encontrar una obra de Murakami en la Biblioteca Municipal.


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